jueves, 7 de abril de 2011

Política peruana ‘Para dummies’


Partamos de una precisión. Aunque la palabra inglesa ‘dummie’ se traduce literalmente como: tonto, bobo; sus acepciones van más allá de esta traducción. ‘Para dummies’ se refiere a una serie de libros de aprendizaje que tienen como objetivo presentar guías sencillas para lectores nuevos en diversos temas que van desde Internet para dummies, sexo para dummies, chino para dummies, embarazo para dummies, wikipedia para dummies, entre otros. A la fecha han sido publicados más de 1,500 libros ‘Para Dummies’, siendo un éxito de tiraje y traducción en diferentes idiomas.

Ahora bien, ¿Por qué política peruana ‘para dummies’? Esta reflexión nace al pensar en cuantos ríos de tinta han corrido de sesudos analistas, científicos sociales y políticos, periodistas acuisiosos e investigadores cuasi enciclopédicos tratando de entender ese gran misterio llamado ‘electorado y política peruana’. Muchos de los juicios que se han elaborado no solo han insistido en el paternalismo, la búsqueda de la mano dura, la irracionalidad, la amnesia o el instinto autodestructivo que, según ellos, parecen definir las características de nuestra ciudadanía. Este conjunto de ‘pulsiones tanáticas’ y ‘suicidas’ cada cinco años pone los pelos de punta a nuestra clase política, empresarial, lideres de opinión y a los principales medios de comunicación, quienes parecen considerar que la responsabilidad que recae sobre los hombros de la ciudadanía es demasiado grande como para dejarlos elegir solos el destino de ‘un país’ que nuestros gobernantes se ha encargado de ‘construir’ y ‘enrumbar’ con tanto esfuerzo.

Hace algún tiempo, Alberto Vergara publicó un libro llamado Ni amnésicos ni irracionales. Las elecciones peruanas de 2006 en perspectiva comparada (Lima: Solar. 2007) La tesis principal de este texto, que es mas bien una respuesta a esos lugares comunes en que tanto insisten nuestros analistas, es que detrás de esa aparente irracionalidad al momento de ejercer el voto, existe una lógica. Por ejemplo, el triunfo de Alan García, explicado con la ya gastada tesis del ‘mal menor’, el autor lo expone como resultado de su estratégica ubicación en el espectro político (Centro), así como una especial combinación de tradiciones populistas conservadoras (cambio responsable), nacionalista (propuestas de renta básica, impuestos mineros) e institucional (políticas públicas, programas sociales y reforma del estado).

Buscando, en la línea de Vergara, seguir ahondando en el imaginario político de nuestro electorado, he seleccionado un conjunto de términos que, considero, han sido recurrentes en esta primera vuelta y pueden ser una puerta de entrada a un gran conjunto de no iniciados en la política. Antes que llegar con respuestas definidas y dogmas infalibles, considero necesario acercarse con preguntas a esta realidad diversa, cambiante y fascinante que es la política peruana. Vemos algunos de ellos:

Volatilidad: Dícese de aquel elector mutable, cambiante, ‘cual pluma al viento’, que un día está con un candidato, al siguiente día con otro, dependiendo de su estado de ánimo o si esa mañana tuvo o no dinero para comprar el pan. Se insiste en que el elector peruano es especialmente volátil, de tal manera que los sufridos candidatos deben redoblar esfuerzos para mantener cautivo a tan esquivo grupo.

Voto perdido: Úsese también como: ‘apuesta a ganador’. En este caso, el hábil elector se olvida de propuestas programáticas, ideologías, vinculación partidaria y se sube convenientemente al coche que va primero, al que no tiene pierde, al que si o si llega a palacio. Viejas ideas como institucionalidad, mayorías y minorías no tienen mayor peso en su elección, ya que su voto queda establecido en función de quien le diga la encuestadora de turno que va a la cabeza. Esto tienen dos supuestos: Primero, que las encuestadoras coinciden en quien va primero y en segundo lugar si el elector les cree.

Outsider: Dícese de aquel que no forma parte del sistema (no ha participado en ‘faenones’, no ha recibido coimas, no le han pagado viajes, no ha mandado a lavar pies, planchar camisas o robar luz, no lo han ‘chuponeado’ ni ha visitado la salita del SIN) que de manera inesperada irrumpe en nuestra institucionalidad política como una sorpresa.

Segunda vuelta electoral o ballotage: ‘Cáncer contra el sida’, ‘mal menor’, ‘todos contra uno’, son las denominaciones que acompañan este término. Se define como elección con doble turno, habida cuenta que ninguno de los candidatos alcanzo la mitad más uno de los votos válidamente emitidos (mayoría absoluta). Aquellos que recibieron mayor votación, pasan a este ‘segundo round’. Según la historia nace con napoleón III en 1852. En el caso del Perú, el candidato que va primero en primera vuelta no tiene asegurado el triunfo en la segunda.

Estos son algunos de los términos para irnos iniciando en la política peruana. No sabemos quien resultará triunfador, solo debemos estar siempre vigilantes que se respete la voluntad popular, sin manipulaciones ni miedos de por medio. Y, claro, con algo de sentido del humor. No olvidemos que esto es una fiesta, la fiesta de la democracia.

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