lunes, 22 de septiembre de 2008

Contradicciones Peruanas


Hace pocos días el Instituto de Opinión Pública de la PUCP (IOP – PUCP) publicó una nueva encuesta (1) que permite, de alguna manera, medir la temperatura política y el sentir ciudadano, ahora que ingresamos a la última tercera parte del año. Los medios de comunicación han insistido particularmente en un nuevo descenso de la popularidad presencial (19 % de aprobación) la misma que viene cayendo de manera sostenida desde hace varios meses, salvo pequeños saltos en la aprobación explicados por sucesos de carácter coyuntural, como por ejemplo, el ALC-UE de mayo pasado. No comentamos la aprobación en el sur, que según la misma fuente, no llega a los dos dígitos hace mucho tiempo.

Otro elemento interesante, frente a la incansable opinión de muchos analistas, es que la oposición ‘no estaba muerta’. Lideres como Lourdes Flores, Alejandro Toledo, Ollanta Humala y Keiko Fujimori han crecido en su aceptación de manera considerable. Incluso Ollanta Humala registra una aprobación en Lima de 21 % y a nivel nacional 26 %, siendo nuevamente el sur su bastión más fuerte con una aprobación de 43 %. De momento sería atrevido establecer una relación de causalidad entre la baja aprobación presidencial en las encuestas y esta ‘resurrección’ de los líderes opositores. Sin embargo, es pertinente mencionar que la presencia de la oposición en el escenario político de nuestro país, con todos sus matices y motivaciones, es saludable en la medida que contribuye en reconocer a la democracia como disenso y concertación permanente.

Pero la información que trae el IOP – PUCP va mas allá de medir aprobaciones, sean presidenciales u opositoras. En la encuesta nuevamente hemos podido reconocer constantes no solo políticas, sino al parecer históricas en nuestro devenir como nación. Particularmente tres de ellas han llamado nuestra atención, como contradicciones que al parecer ya forman parte de nuestra cultura política.

La primera de ellas tiene que ver con la pregunta ¿Qué tan satisfecho se encuentra Ud. con el funcionamiento de la democracia? Al menos 2/3 de los encuestados manifiestan encontrarse insatisfechos o muy insatisfechos. Hasta allí este dato no haría más que reafirmar el descontento de la ciudadanía con este sistema político que no parece resolverle los problemas. Sin embargo, el problema viene mas adelante al preguntar sobre el sistema político con el que esta de más de acuerdo, donde un apreciable 55 % responde que la democracia es preferible a cualquier otra forma de gobierno.

La segunda podemos encontrarla al medir las percepciones ciudadanas frente al rol del Estado en la economía. Un apreciable 48 % considera que se debe promover una mayor participación del Estado en la economía como única forma que el país avance. Este porcentaje se incrementa de modo considerable en el sur del país (57 %) y en el oriente (57 %). El viejo modelo del Estado que interviene a nivel económico y productivo parece irrumpir desde la percepción ciudadana, frente al modelo de Estado que tenemos ahora, que más bien promueve las inversiones, dejando al sector privado la tarea de generar riqueza. ¿Esta demanda por mayor presencia del Estado en la economía puede leerse desde la insatisfacción ciudadana frente a un crecimiento poco equitativo buscando en el Estado la tarea de redistribuir o puede concebirse como una mirada que los sectores modernos calificarían de anacrónica respecto al rol del Estado en el S. XXI?

Finalmente, en esta línea de contradicciones, las preguntas referidas a la economía familiar resultan particularmente reveladores. Comparando su situación económica respecto de hace 12 meses, los peruanos la conciben mayoritariamente como algo peor o mucho peor (44 %). Sin embargo, frente a la pregunta ¿Cómo cree que estará dentro de 12 meses? el optimismo parece nuevamente ganar espacio y 36 % concibe que mejorará mucho o algo. ¿Como caracterizar estos cambios repentinos, que pasan del pesimismo crítico a la confianza esperanzadora? ¿De alguna manera se ha instalado en el imaginario colectivo esta división temporal permanente que concibe al pasado como oprobioso y al futuro como incierto pero posible?

Los sociólogos definen las encuestas como “fotografías del momento”. En nuestro caso, estas fotografías, puestas una junto a otra en una fila casi interminable, parecen revelar, con cifras y actores diferentes, pero con tendencias permanentes, ese carácter cambiante e impredecible que parece definir a los peruanos. La clase política las reconoce en la medida que les beneficia y las relativiza cuando sus números no les son favorables. Sin embargo, estas contradicciones que encontramos con frecuencia pueden ser tan solo el reflejo de una cultura política que apenas estamos empezando a conocer.

(1) La versión completa de la encuesta la puede encontrar en: http://www.pucp.edu.pe/iop/ (Última consulta: 19 de setiembre de 2008)